Sea progre, use palabras carismáticas.

Socotroco y chicotazo son de las mejores palabras del idioma español y aquel que no lo sienta así es un caído del catre. Implican algo contundente, fuerte, agresivo pero carismático, son casi poesía en sí mismas. Ni que hablar cuando van precedidas por la palabra “tremendo” lo cual ya nos hace entender que lo que vino después es inconmensurable.

Uno ya se queda pensando que quien reciba tremendo chicotazo prácticamente sufre una amputación de brazo, y ni que hablar si el tremendo chicotazo se lo dieron con tremendo socotroco. Muerte inmediata. Estoy seguro que en la morgue está lleno de “muerte por tremendo chicotazo dado con un tremendo socotroco” Estos cartelitos en los dedos de los fiambres deben salir a rolete, es más, los deben tener pre impresos.

Del otro lado del molino y siendo también carismáticas, están pendorcho y piripicho, que no molestan a nadie, si un doctor te dice que tenés mal algún piripicho, nadie se alarma, debe ser alguna boludes, si nos golpeamos con un piripicho o con un pendorcho, está todo bien, la vida sigue como si nada. Tremendo piripicho o tremendo pendorcho nunca van a pasar los 20 centímetros de largo.

Si por la calle alguien nos dice que se nos cae un piripicho es ampliamente diferente a que nos digan que se nos cae un socotroco. Lo mismo pasa si nos estamos por pegar con el pendorcho, es ampliamente más pequeño que el “ojo que te vas a dar un chicotazo”.

Existiendo estas palabras tan carismáticas, no entiendo la razón por la cual seguimos usando el “coso”, “cosito” y “cosote” para referirnos a los socotrocos y piripichos que nos encontramos en la cotidianeidad.

Y ta, termina ahí, este no tiene ninguna vuelta de tuerca. Necesitaba decirlo.

Piripicho y Socotroco.

Piripicho y Socotroco.